La rigurosidad y veracidad son pilares fundamentales para que una información pueda ser considerada como tal. Cuando una información carece de estos elementos, pierde su valor informativo y puede llevar a confusión, desinformación o manipulación. A continuación, se explica por qué una información que no es rigurosa ni veraz no puede ser considerada como información en sentido estricto:
Rigurosidad: La rigurosidad en la información se refiere a la precisión, exhaustividad y exactitud con la que se presenta un hecho o dato. Una información rigurosa debe basarse en fuentes confiables, verificadas y bien documentadas. Si la información no es rigurosa, es decir, si carece de precisión, omite detalles importantes o presenta datos incorrectos, se convierte en un relato incompleto o inexacto que no cumple con los estándares de calidad necesarios para ser considerado información válida.
Veracidad: La veracidad implica que la información debe ser fiel a la realidad. Es esencial que lo que se comunica sea cierto y esté respaldado por evidencias. Cuando la información no es veraz, es decir, cuando es falsa, engañosa o manipulada, deja de cumplir con su función principal: informar de manera objetiva y honesta. La falta de veracidad no solo erosiona la confianza en la fuente que emite la información, sino que también puede causar daños significativos al lector o audiencia, al influir en sus decisiones basadas en información incorrecta.
Impacto en la credibilidad: Una información no rigurosa y no veraz afecta negativamente la credibilidad de la fuente que la emite. Los medios de comunicación, instituciones o personas que divulgan información tienen la responsabilidad de mantener altos estándares de veracidad y rigor. Si no lo hacen, pierden la confianza de su audiencia, y sus futuras comunicaciones pueden ser cuestionadas o ignoradas.
Desinformación y manipulación: Cuando una información no cumple con los criterios de rigurosidad y veracidad, puede transformarse en desinformación. La desinformación se refiere a la difusión de información incorrecta o engañosa, intencionadamente o no, que puede manipular la opinión pública o crear percepciones erróneas. En este contexto, lo que se presenta como "información" es en realidad un intento de manipular o confundir, y no cumple la función informativa de proporcionar conocimiento o aclaración.
En resumen, para que algo se considere como información, debe estar fundamentado en la veracidad y la rigurosidad. Sin estos elementos, lo que se transmite no es información en el sentido estricto de la palabra, sino un conjunto de afirmaciones sin valor real que pueden inducir a error y dañar la confianza pública.
La noticia presenta varios elementos que pueden ser considerados como propaganda, intrusismo laboral y una falta de respeto a la normativa laboral, especialmente en relación con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. A continuación, se detallan los puntos clave que sustentan esta afirmación:
Propaganda: La noticia parece enfocarse más en resaltar la participación directa del alcalde y los concejales en la rehabilitación de los miradores, lo cual puede interpretarse como un intento de mejorar la imagen pública de estos políticos. Este tipo de acciones, que son promovidas en los medios como gestos heroicos o altruistas por parte de los políticos, a menudo tienen como objetivo generar simpatía entre los votantes, en lugar de informar objetivamente sobre la gestión municipal.
Intrusismo laboral: La implicación directa del alcalde y los concejales en trabajos de acondicionamiento, que probablemente requieren habilidades y formación específica, puede ser vista como intrusismo laboral. Este término se refiere a la realización de actividades propias de una profesión por personas que no están cualificadas o autorizadas para ello. En este caso, las tareas de rehabilitación y acondicionamiento deberían ser realizadas por profesionales capacitados y con la formación adecuada en construcción, mantenimiento o jardinería, entre otros.
Falta de respeto a la normativa laboral: La participación de figuras políticas en trabajos manuales, que generalmente requieren medidas específicas de seguridad, puede representar una violación a la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Esta ley establece que los empleadores (en este caso, el ayuntamiento) deben garantizar la seguridad y salud de sus trabajadores mediante la adopción de medidas preventivas adecuadas. Si los políticos se involucraron en estas actividades sin cumplir con las normativas de seguridad, no solo ponen en riesgo su propia integridad física, sino que también envían un mensaje equivocado sobre la importancia de la seguridad laboral.
En resumen, la noticia refleja un caso donde se mezcla la propaganda política con prácticas cuestionables en términos de respeto a la profesión y a las normativas laborales. Al no recurrir a profesionales y al ignorar posiblemente las medidas de seguridad necesarias, se infringe tanto la normativa laboral como la dignidad de los trabajadores cualificados para estas tareas.